Es un caso que generó conmoción en Tribunales. Un policía realizó una grave denuncia contra un empleado de un sanatorio privado. El hombre, según consta en las primeras actuaciones, aseguró que un enfermero abusó de su esposa, quien también es empleada de la fuerza, cuando la mujer permanecía internada en la terapia intensiva de ese centro de salud ubicado en esta ciudad.
La denuncia fue realizada el jueves en la seccional 1ª por un agente que presta servicio en Yerba Buena. El hombre, siempre de acuerdo a la información que trascendió en los tribunales, está casado con otra empleada policial que trabaja en el Centro de Monitoreo de esa ciudad.
Según expuso el agente, su esposa sufrió un cuadro de anemia y deshidratación, sumado a un estado depresivo, por lo que fue internada en un sanatorio privado que funciona en la zona céntrica de la capital.
La mujer ingresó al sanatorio el sábado y los médicos dispusieron que se le asignara una cama en la terapia intensiva. Allí estuvo hasta el jueves a la mañana, cuando llamó por teléfono a su marido para comunicarle que algo malo había pasado.
Según le contó la mujer, se despertó a las 2 de la madrugada porque sentía que alguien le había tocado el estómago. Primero no se preocupó demasiado porque creyó que era un médico que estaba revisándola -según consta en la denuncia policial- pero después sintió que esta persona bajó las manos hacia su vientre y la tocó en sus partes íntimas.
De acuerdo con la denuncia, cuando la mujer abrió los ojos sobresaltada se encontró con un enfermero, quien se escondió rápidamente detrás de la cama. “Ante ello mi mujer comenzó a gritar solicitando la presencia del personal del sanatorio, pero en ese momento el enfermero salió de atrás de la cama y le empezó a decir que se callara, que nadie le llevaría el apunte”, destacó.
El uniformado continuó con su relato: “Mi esposa le dijo que lo denunciaría y que les avisaría a todos lo que estaba pasando, pero este hombre le contestaba que ella no tenía cómo denunciar lo sucedido y que tampoco se podía levantar porque estaba sedada con calmantes”, relató el agente ante la Policía.
Testigo clave
La víctima le contó a su esposo que en ese momento intervino otro paciente, quien se encontraba en una cama contigua separada por un biombo. Como el hombre comenzó a gritar pidiendo ayuda, se acercaron dos enfermeras y hablaron con la mujer. Después de calmarla, le pidieron al enfermero acusado que se retire de la terapia intensiva.
El agente que realizó la denuncia aportó la identidad del enfermero y dijo que, según pudo averiguar, trabaja en el turno que va desde las 22 hasta las 6 en el área de terapia intensiva.
También indicó que retiró a su esposa de ese sanatorio y la llevó a su casa, donde se encuentra con reposo. Por último, el agente remarcó que la mujer fue entrevistada por una psicóloga, quien le informó que su esposa estuvo todo el tiempo lúcida desde que ingresó al sanatorio y que no sufrió ningún tipo de alucinación.
El caso es investigado por el fiscal de Instrucción Washington Navarro Dávila.